Gloria Mabel VelascoPartir es separar, dividir la esencia por la urgencia, hallar en otro sitio distinto del origen, las posibilidades de subsistencia y realización. La separación de la sangre y de la tierra es doliente. Asturias despidió a sus hijos con la pena de una madre, que sabía de ausencias. Pero cada uno de ellos, la llevó consigo, cargando en sus alforjas los sentidos rebosantes de percepciones, plantados como un sello, marcándolos a fuego. Con las texturas, los sabores, olores, y el murmullo de sus ríos humedeciendo los valles, emigraron. Aportaron a la tierra donde se afincaron, los recuerdos del paisaje, las costumbres, el ritmo de canciones y poemas. Transmitieron de generación en generación las vivencias de la búsqueda, para salir de sus dificultades económicas y hambrunas, sobrevenidas a fines del siglo XIX.El compromiso con el regreso figuró como prioridad, pero no siempre fue posible. El camino sinuoso de cada uno, enredó los hilos y fueron más los que quedaron abonando esta tierra Argentina, que aquellos que regresaron y exhibieron triunfantes logros. Andrés, es uno de ellos, es una historia de las miles que se cuentan en las comunidades de sus descendientes.PARTIR DE ASTURIASPARTIR DE ASTURIASGloria Mabel Velasco