Es alta y colorida. Pero es más, mucho más que una mujer llamativa y sonriente: es ese espíritu divino que aflora para dar y vibrar en el amor. Es ese ser que tuvo hijos biológicos y ade-más adoptó otro, y que experimentó una etapa de conmoción y estremecimiento cuando uno de ellos se fue de este mundo. Irene Centurión es esa estilista que se muestra tal cual es, sin máscaras faciales ni de ningún otro tipo. Transparente. El mejor tratamiento capilar es el que hace desde el alma. Y también es esa escritora que continúa la línea espiritual de sus dos primeros libros, pero que en este caso le agrega un atractivo especial: su capacitación profesional y el ímpetu de plasmarlo en un ameno volumen para que sus colegas crezcan en todo sentido, brindándole lo mejor a cada cliente, a cada persona en cada salón, en cada peluquería y en la vida. Y lo hace desde un lugar de trascendencia, de evolución, de belleza. La belleza que ella es.