¿Qué pasaría si voláramos por distintos lugares, y al mismo sabemos que estamos con los pies sobre la tierra?... ¿Cómo sería la geografía de las historias viendo todo desde las alturas?... Pues bien, de eso se trata este libro. Las historias que el lector hallará en él, serán justamente eso. Un vuelo por las diferentes aventuras de los ignotos navegantes. Las noches, las ausencias, las búsquedas, las intrigas, el amor, el odio y hasta el humor, es lo que se podrá disfrutar en los cuentos que aquí se guardan. Esos fueron los ejes de las distintas historias. Tan variadas, tan disímiles entre sí, pero a la vez atrayentes, bellas, como aquella mujer que, convencidos que nunca vamos a conocer todos sus secretos, nos atrae hacia un final que queremos conocer. La lectura se hace tan sencilla y dinámica que empujan al que se sumerge, cada vez más hacia el fondo de la historia. A los autores no les falta nada, todos cumplen con un bello estilo de narrativa. Es, según Cortázar, el fiel reflejo de su pensamiento sobre la diferenciación entre un cuento y una novela: el cuento es una foto y la novela una película. Estos cuentos son hermosas fotos que nos cuentan un instante, llenas de color, brillantes, con bellos personajes acompañados por un paisaje de fondo singular, y es en esto que fundamento mis elogios. Es maravilloso leer cuentos que, si el lector no supiera el nombre del autor, cumplirían con las mismas cualidades que los clásicos de la narrativa universal. Fue por ello que, la selección de los cuentos, se realizó de manera complicada, si, hasta diría muy difícil. Y esto debido al grado de escritura superlativo. Puedo decir desde este prólogo, que me siento orgulloso de las historias que he leído, que el potencial de los escritores es enorme y que el futuro de ellos, si persisten en este difícil arte, es prometedor. Es por eso que invito al lector, a prepararse para este viaje, estoy seguro que lo va a disfrutar, sin miedo a las alturas, sin temor a caer, y con la garantía de un vuelo placentero. Quizás, estos navegantes nos dejen con ganas de saber más, pero al mejor estilo Hemingway, sepa estimado lector que lo que vemos, es solo la punta del iceberg.