La crueldad, como elemento inspirador, ha sido utilizada en incontables ocasiones a lo largo de los siglos y en la inabarcable historia de la laiteratura. Por eso cuando un autor elige el tema, debe tomarse como quien degusta un blinis de caviar, ya que esta aberración que prevalece en algunos espíritus malignos, puede llegar a confundirse, dentro del abanico de debilidades, con actitudes similares de la raza humana.No es el caso de Historias crueles, que narra Mary Gallegos con singular agudeza.Su pluma se vale de circunstancias simples que forman parte de la cotidianidad, en apariencia inofensiva, sólo en la superficie. En el fondo subyace un muy bien trazado perfil psicológico de cada personaje; el sentimiento de crueldad agazapado durante toda la obra se precipita por momentos, feroz irreversible, como el salto de un felino o el ambate de un tiburón.