La mujer sin rostro es el segundo libro de Juan Carlos Di Bernardo. El lector hallará similitudes y diferencias al comparar estas historias con las que integran La pintura del fondo, su primer trabajo. El dinamismo con el que el autor conduce su pluma, así como la versatilidad para alternar entre lo dramático, lo fantástico y lo humorístico, son aspectos que acercan esta obra a la primera; las sutiles complejidades que habitan los nuevos relatos constituyen, quizá, el principal rasgo distintivo. Inmortalidad, amor, utopía, muerte, magia, ambición, nostalgia, crueldad, son algunos de los vocablos que tiñen, con sus diferentes colores, lo narrado en este libro.