El universo literario de Lidia Castaño es el de la ambivalencia de los sentimientos, el de la polaridad entre el odio y el amor con todos sus matices. En una palabra, es el universo conflictivo de los vínculos humanos. No es propio del hombre estar solo, tampoco lo es para la mujer, pero el camino hacia el otro puede llegar a ser un camino poblado de obstáculos. Es lo que les ocurre a los personajes de A todo o nada; seres inseguros algunos, otros avasalladores, viven equivocándose casi siempre, haciendo una falsa lectura de la realidad, jugándose como lo indica el título y, lo que es peor, transitando por la vida con la cruz a cuestas de saberse merecedores de castigo. Esto es lo que a mi juicio los vuelve más patéticos, saben que no serán perdonados por la autora que los obligará a ir hasta las últimas consecuencias de sus actos.