Una mujer y un hombre; el del trópico, ella del sur. Dos vidas que intentan acercarse, desde culturas diferentes, desde pasados disímiles... Encuentros apasionados y rupturas dolorosas. En el transcurso de ese descubrimiento, otras y otros seres subyacen, tejen y entretejen intrigas, se acercan y se alejan con su bagaje de experiencias, con su atormentado pasado dejando su oscuridad o su luz en estas vidas; mas todas ellas atravesadas por la experiencia de la resiliencia – el encuentro de un nuevo camino a través del amor después de haber tocado fondo, después de sentir que todo está terminado, y sin embargo, ver que no es así, que hay una nueva oportunidad para vivir , y lo más interesante de todo … una vida mejor. …“Sin embargo el ser humano cuenta con un impulso vital innato cuya tendencia es negarse a renunciar a unificar su energía en la búsqueda de la esperanza de vivir. Para confirmar la existencia se necesita no sólo sobrevivir físicamente, sino realizarse en la esfera en que se juegan sus motivaciones más hondas; las de hacer una vida que valga la pena vivirse” (Fromm, 1997). Los resilientes, los resistentes, los vulnerables seres que no bajan los brazos y, como Sísifo, intentan una y otra vez, subir rodando, la piedra a la montaña…Marta Yastay