Esta selección de cuentos de Marcelino J. Navailles desafía la literalidad: si hay un rasgo distintivo en su uso y manejo del lenguaje es la capacidad para proponer personajes y situaciones que bajo la apariencia de lo lineal, se convierten en un calidoscopio de vivencias y reflexiones.El lector se asoma a cada cuento para encontrarse con la paradoja de una historia situada en coordenadas que al mismo tiempo que narran van abriendo huecos en la realidad para mostrarnos sus posibilidades impensadas y, en algunos casos, deslumbrantes. Nada es inocente: la riqueza del lenguaje, la ironía, la coherencia de los personajes, la claridad de la trama dibujan la línea del horizonte. Y cuando en esa tarea inefable de la lectura nos animamos y lo abordamos desde el carajo, sentimos cómo se nos despliega entre las manos la infinita fecundidad de la vida. Desde un Dios perplejo ante la belleza hasta las andanzas del vasco Irigoy, desde ese último regalo hasta el entrañable marinerito y su torpe historia de amor, este libro nos regala la experiencia del regocijo, la sabiduría y la ternura con que el autor ha echado a andar por el mundo a sus personajes. Sólo necesitamos, como nos sugiere en uno de sus textos, seguir las instrucciones para hacer una ventana.