Sueños que fueron, llegaron, se posaron y partieron como pájaros al cielo. Pero aún los vive, los siente, los ve, los escribe y los trasciende como en un film. La descripción de la ceremonia de la muerte resulta tan precisa que hasta en el dolor logra capturar el alma de la ausencia humana y su estela del adiós. Flores, plantas, árboles, frutos, comidas; enarbolan espejos molidos que aún reflejan en las esquinas del tiempo, recuerdos que no se han ido, venciendo al olvido. Marina Zeising