El optimismo por la vida queda reflejado en los poemas de este autor, excelente expositor de los sonetos. Parece ser que no es suficiente con tener virtudes. Ellas simplemente vienen con nosotros. Lo importante es rescatarlas, desarrollarlas y ello constituye un aporte irrefutable para la posteridad. Ello representa la huella que todo hombre debe dejar a lo largo del camino recorrido y en el tiempo que le ha sido asignado. La generosidad, el reconocimiento, la creencia, son algunos rasgos que parecen acompañar su tránsito en el espacio. Un amplio espacio que Alejandro demarca entre Dios y nosotros, los humanos.