Cuando las pasiones arrebatadas encadenan al corazón, sólo hay una manera de sobrevivir: a través de la muerte.El peor de los males atenta contra la razón y el buen juicio. En una lucha desesperada nuestra protagonista intentará por todos los medios y a cualquier precio terminar con ese sentimiento que la enloquece y aturde, poniendo fin a la agonía que la condena a vivir una vida ajena a su propia voluntad.Son las sobras del amor, lo que entrega y desperdicia en desmedro de los loables vicios de la carne. Es la cursilería lo que entorpece el camino del entendimiento. Es la exquisitez, el arte de matar el amor, lo único honorable de la historia. Es la muerte la que nos hace libres. Es el amor el arma suicida. Aceptar el amor es poner fin a la inspiración. Eso nunca sucederá.