Desde hace más de medio milenio una civilización expansiva penetró en las tierras que hoy son la Argentina y, munida de armas, alimentos, animales, religión, costumbres y técnicas diferentes a los de las naciones que moraban en el territorio, comenzó su guerra de conquista y ocupación, con ambiguos propósitos que iban desde la codicia y el poder puro hasta el rescate religioso de los pueblos de América.Aquí se trata de relatar lo más destacado de las rutinas aborígenes, los choques violentos de las batallas y resistencias, el comportamiento, los triunfos y derrotas de las partes que intervinieron en los enfrentamientos.Las naciones preexistentes lucharon desde el principio de muchas formas contra el choque arrollador - vale recordar las rebeliones exitosas de Juan Kalchakí - y si bien hace unos ochenta años ya se han dejado de escuchar el fragor y el estrépito de armas el encuentro continúa. Y continua tanto en los hechos, como en las formas de vida, como en los modos de pensar y en la inserción en la convivencia de todas la parcialidades intervinientes.El libro trata de referir los orígenes de las etnias, las costumbres, los roces crueles de la confrontación y el desencuentro de civilizaciones. Son desentendimientos que provocan rencores y sentimientos que perjudican la vida en sociedad de los pueblos que nos contienen. Previsiblemente, al final, conformarán un pueblo único y multirracial que englobará las características de quienes participamos en lo que deberá ser una futura nacionalidad que nos incluya y conforme a todos.La acumulación de culturas, el entendimiento mutuo y una mejor vida de las partes en pugna será la que mezcle y defina la identidad argentina venidera.