Un relator deportivo con inusitado estilo, la visita a una exposición de arte muy particular, un mozo tan verborrágico como entrañable, el encuentro de un octogenario con su viejo amor, la pormenorizada descripción de los pensamientos de un hombre al borde del suicidio, son sólo algunos de los terrenos de ficción sobre los que se construyen los relatos. Se trata de historias al parecer sencillas pero que, de pronto, comienzan a transitar caminos asombrosos. Esta es la propuesta de Juan Carlos Di Bernardo en La pintura del fondo y otros cuentos.