Historia del vacío, el segundo libro de poemas de Rubén Aníbal Costilla, el vate de El Mojón, nos propone un angustioso tránsito por la esencia humana..., cuyos sueños y alucinaciones no son sino leves velos que no logran engañar la esencia misma de las cosas y del ser: el vacío, la nada absoluta.La energía de los densos cantos de Rubén Aníbal Costilla perfila la fisonomía del vacío elemental, el taller donde se forjan las cosas. Plantea la nada como el sostén del todo. Dios es eso, una angustia infinitamente creadora donde el hombre sufre las estancias del vía crucis de su creación. El hombre es un ser en creación desde que nace hasta que muere. Dios es el comienzo y el fin, el punto de partida y de cierre del círculo, es el tiempo dolorido de ser, es “La historia de la eternidad”, como tituló Jorge Luis Borges a uno de sus libros en prosa. Rubén Aníbal Costilla canta el vía crucis humano sin soslayar el ámbito, el destino, se sabe espejo de Dios.. (Carlos J. Maita).La esperanza no existe: es vana, estéril, o desesperanza. El desahucio recorre estos versos, no exento de amargura y de una latente rebeldía. Este es un libro duro, como son los carozos del amor... (Alberto Tasso).