Como ver el día por primera vez, enamorarse de la vida es tal cual, después de mucho tiempo. Como conceder un deseo, mediante milagros absolutos, y caer en el espantoso recuerdo que uno no realiza milagros, solo fabricante de engaños a diestras y siniestras.Ayer, solo recuerdo de una y de todas, pero de cada una de ellas, las palabras que las nombran siempre y nunca. Hoy, un libro hecho a medida del destrozo generado, de la impaciencia por no saber esperar en el puerto al barco correcto y, por otro lado, nunca decir que se quiere o a quien se ama más de lo debido o lo justo. Pero nada es tan parecido a un poema, como un beso en gema, de una mariposa que se posa para luego morir en un día cualquiera.Esas marcas, estigmas de mi cruel vida, y los perfumes de las pieles coleccionadas en camas prestadas, aromas santos, son parte de un pasado que malcrió a este triste escritor.